sábado, 15 de junio de 2013

EL SUEÑO DE ASBAG. El Mozárabe. Jesús Sánchez Adalid

Cuando Asbag pudo dormirse al fin, sobre el duro suelo, acudieron a su mente los sueños, causados por la fatiga y la incomodidad. Soñó que se encontraba en una isla, rodeada de un mar hostil,  embravecido, oscuro y tenebroso. Buscaba la manera de salir de allí, junto con otras personas cuyos rostros le resultaban desconocidos, pero por más que iba de un lado para otro, siempre se encontraba finalmente detenido por el miedo a perecer en el temible oleaje. Después el mar empezó a enviar cadáveres,  cientos de ellos, que quedaban tendidos en la orilla.


Entonces despertó. Un gran silencio dominaba la noche oscura, en cuyo cielo brillaba una infinidad de estrellas. Los montes parecían gigantescas figuras inmóviles y expectantes. Sintió miedo; un profundo temor de vivir, de la soledad del hombre en medio de la vida, del azar amenazador, del riesgo del camino. 

El mozárabe. Jesús Sánchez Adalid.


Traigo este sueño, tomado de una novela que narra la transformación social y cultural sucedida a lo largo del siglo X d.C. con el trasfondo del milenarismo, a través de la vida de dos personajes relevantes, ambos cordobeses pero uno musulmán y otro cristiano.

El sueño narrado resulta muy real y cumple la lógica de los sueños. El relato es sucinto pero contiene todos los elementos relevantes: la descripción de la escena, adjetivos de significado emocional (hostil, tenebroso...), una acción, una resolución y nuevas emociones. Un desenlace incompleto (el mar enviaba cadáveres).

Lo mejor es que también nos trasmite las sensaciones del monje al despertar puesto que en la vigilia se conserva ese sentimiento de temor y de sometimiento al azar. 

Seguramente este relato puede darnos pistas para narrar nuestros sueños con simplicidad y para ir avanzando en la comprensión del lenguaje onírico.

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